¿Por qué no firmáis los artículos?

Tertulia, una opción ciudadana sobre intercambio de ideas.

¿Por qué no firmáis los artículos?

EDITORIAL


Nos reprochan que no firmamos lo que escribimos. Que eso es propio de cobardicas. De gente poco de fiar. Bueno, digamos que, si se trata de confianza, reconocemos que es verdad. Porque hoy no nos fiamos ni de nuestra propia madre. Hay mucha, mucha, mala gente por ahí fuera. Si firmáramos es posible que cualquier día de estos podría sorprendernos alguien por la calle llamándonos de todo, menos guapo e inteligente.

De todos modos, ¿qué saca el lector sabiendo quién firma un artículo? Pues únicamente dejarse llevar por el prejuicio. Basta con ver la firma para decir: “¡Que te lea tu padre!”. El hecho de que no firmemos los artículo no significa que escribamos lo que nos venga al caletre sin más. Somos más rigurosos que quienes llenan las redes sociales con sus insultos y sus impertinencias.

Quizás, el lector no lo entienda así, pero tenga por seguro que le hacemos un favor al no firmar los artículos o sustituirla por un seudónimo. ¿Qué le importa al lector de verdad, lo que dice el texto o quién lo dice? Si solo lee acuciado por la firma que ve debajo de un artículo mala señal.

Sea serio, lector. Las ideas valen no por quién las dice, ni en dónde, sino por lo que dicen. Y si es así, que lo es, ¿qué más te dará que un artículo lo firme Cuervo Negro o Lobo Ceniciento? Lo que se pone en juego cuando lees es tu inteligencia, no el grado de adhesión a un autor. Piénsatelo.

Los textos sin firma solo son un incordio para gente sectaria y poco inteligente, valga la redundancia. Y tú, lector, no eres ni una cosa, ni otra, ¿verdad?