PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Vecino. Informacion.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Lo repetiremos una y otra vez. La democracia no empieza, ni termina en unas urnas. Menos aún en la política municipal. Hay vida inteligente más allá del Ayuntamiento.

Tenemos una democracia representativa. Es decir, una democracia delegada. Podemos llamarla también usurpadora. Y paternalista, autoritaria y sectaria. Solo obedece a los dictados de los partidos. O a sus sucursales. Siempre Villafranca lo es de UPN-PP. Como el PSN lo es del PSOE. No es vergonzoso reconocerlo. Es así. Y así funcionan. No existe una democracia PRESENTATIVA. Solo algunos vecinos se presentan en los plenos. Y sí, también, pueden presentar instancias al Ayuntamiento. Ahí empieza y termina su presencia.

La calle está olvidada. Que es como decir que la ciudadanía también lo está. Es que ya ni se la representa, ni, menos aún, está presente en los órganos de decisión. Aunque no lo parezca, Villafranca tiene unos cuantos barrios. Y los barrios tienen específicas necesidades e intereses. Pero, desde el poder municipal, Villafranca se contempla como un todo. Y el bosque no deja ver los árboles. Todos ellos de distinta raíz.

En la actualidad, la participación ciudadana brilla por su ausencia. Y, sin ella, la democracia es un camelo. Porque la democracia representativa la ha matado La actual configuración del Ayuntamiento es rígida, inflexible y vertical. Sus plenos son ridículos. Sólo sirven para aprobar lo que ha dicho y hecho su autoridad suprema. En sus actas, el pueblo sólo existe como contribuyente. Y poco más.

Hay que recuperar la configuración de Villafranca teniendo en cuenta su población verdadera, que no es homogénea ni uniforme. Y en este sentido, los barrios cumplen una función capital siempre y cuando sus vecindario esté por la labor de participar (porque, si no lo está, apaga y vámonos).

Se precisa: a) recuperar la existencia y personalidad de los barrios y b) convocar asambleas vecinales cada cierto tiempo a las que asistan los concejales, y escuchen directamente las necesidades e intereses específicos de esos vecinos; c) y obrar en consecuencia. Un ejemplo. Los presupuestos no deben hacerse desde arriba hacia abajo, sino al revés. Solo así responderán a las necesidades e intereses de la ciudadanía.

La gente está harta de unos presupuestos cuadriculados y repetitivos. Y ya se sabe qué dice la voz del pueblo: “Dime qué presupuestos tiene un Ayuntamiento, y te diré si piensa en el pueblo o en los ricos del lugar”.