MOSQUEANTE

Llevo mucho tiempo mosqueado. No es que me disgusten las guerras. Es que las odio. Y cuando leo que Europa está detrayendo de sus presupuestos millonadas para invertir en defensa, me supera el colesterol y maldigo a todos los dirigentes de este mundo. Sin excepción. Siguen empeñados en conseguir la paz, preparando la ciudadanía para la guerra. Y a esto lo llaman realismo, mientras que a quienes nos oponemos a ese rearme armado defensivo, nos tratan de ingenuos, por no decir imbéciles.

Cabrea la doble vara de medir de la UE con relación a Ucrania y a Palestina. ¿Por qué el empeño de la UE en favorecer a Ucrania y dejar, por el contrario, a los palestinos abandonados a su suerte?

¿Qué tiene Ucrania que no tenga Palestina? Pues está muy claro. Ucrania está entre los cinco primeros países del mundo en reservas de grafito, esencial para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, y figura entre las diez primeras naciones del mundo en reservas de elementos químicos como carbono, manganeso, hierro, titanio y uranio.

¿Qué tiene Palestina que pueda interesar a la UE o al mundo mundial? Nada que pueda necesitar los países de la UE. Bueno, produce grava, piedra triturada, barras de hierro, aceite de oliva y plomo de chatarra. Ya.

Cuando de un país solo se valoran sus recursos naturales, olvidándose de sus habitantes, nada puede extrañar la doble vara de medir con que actúa la UE en Ucrania y en Palestina. Y ante esto lo único que me cabe decir es: “¡A la mierda con la UE!”. Es menos tosco su modus operandi que el sheriff de EEUU, pero ¿hay alguna diferencia sustancial en los medios utilizados para conseguir el mismo fin, es decir, hacer girar el mundo alrededor de los intereses de quienes dominan económicamente este mundo?

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