PENÚLTIMA DEL AYUNTAMIENTO

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PENÚLTIMA DEL AYUNTAMIENTO

El Ayuntamiento sigue siendo una caja de sorpresas desagradables. Y estas no ocurren ni por azar ni por casualidad. No creemos en estas eventualidades. Nos enteramos ahora que los presupuestos del municipio siguen en el aire. ¿Por culpa de quién? No lo será por la oposición municipal que es minoría y, por tanto, ni pincha ni corta este bacalao. Extraña, y mucho, esta desidia, porque todos los ayuntamientos que se precian, lo mismo gobiernos autónomos que nacionales, si de algo suelen presumir es de haber elaborado sus presupuestos para enero o febrero haciendo de su presentación pública un espectáculo del buen hacer.

¿De qué puede ser síntoma esta dejación? ¿De que Hacienda municipal no funciona? ¿Cuántas reuniones ha celebrado esta comisión? ¿Desde cuándo no ha dado signos de vida inteligente? En definitiva, Villafranca está sin presupuestos. ¿Qué significa esto? ¿Qué alcance práctico tiene esta desidia estructural?

No se hunde el mundo es verdad, pero, si los presupuestos representan objetivamente el resultado más fiel de la gestión económica municipal, puesto que son signo inequívoco de haberse realizado sus compromisos aprobados en un pleno, su alcance es muy importante para la ciudadanía, porque refleja en qué se ha gastado el ayuntamiento el dinero del contribuyente y la preocupación que tiene este de invertir esos gastos en lo que realmente se necesita, a corto y a largo plazo.

Siguiendo el rastro de los presupuestos y relacionándolos con las obras realizadas en el pueblo durante estos seis años, sería el propio Ayuntamiento quien, en un ejercicio de transparencia para con Villafranca, debería hacer su defensa de buen administrador. Si no lo hace, él sabrá por qué. Desde luego, su dejación no inspira ninguna confianza. Pero esto no es ninguna novedad, ¿verdad? Ya estamos acostumbrados a su falta de rigor y de transparencia y de tirar la casa de los demás por la ventana.

Paciente